La campaña de reciclaje de móviles usados en los colegios, además de un objetivo social, ayuda a reforzar el compromiso con el medio ambiente y la sostenibilidad como señas de identidad de los centros educativos.
¿Cómo? Promoviendo la educación activa del alumnado en la mejora de su entorno social, ambiental y facilitando que se generen cambios de hábitos y actitudes.

Actualmente, los terminales móviles son el aparato electrónico más abundante. Hasta la fecha se han fabricado más de 8.000 millones de dispositivos -lo que equivale a 20 veces el perímetro de la tierra- y se calcula que en 2016 la cifra podría ascender a 15.000 millones. Sin embargo, en la actualidad apenas se recoge uno de cada 20 móviles.

Esta campaña ofrece la posibilidad de mejorar el medio ambiente reciclando los móviles que ya no se utilizan. Por un lado, su reutilización permite ampliar la vida útil de los móviles, lo que se traduce en una reducción de las necesidades de energía y materias primas necesarias para la fabricación de nuevos teléfonos. Y por otro, los móviles usados son como “minas urbanas”, contienen valiosos minerales (oro, plata) cuyas reservas están disminuyendo drásticamente y que podemos recuperar con su reciclado de igual modo que las sustancias peligrosas que contienen.

Se estima que si se reciclaran 2.000 millones de móviles al año en todo el mundo se podrían reutilizar 60.000 millones de toneladas de recursos escasos presentes en dichos terminales, con un positivo impacto tanto para el entorno como para la creación de empleo.